Aplicación de tercera dosis contra COVID «podría generar riesgos»: IBD
Aplicación de tercera dosis contra COVID «podría generar riesgos»: IBD
En medio de la polémica por la pérdida de su efectividad, la aplicación de una tercera vacuna contra el Covid “podría generar riesgos” si los refuerzos se introducen de manera generalizada demasiado pronto o con demasiada frecuencia, por lo cual se considera que solo se deben aplicar de manera generalizada “si hay pruebas claras de que es apropiado”.
Así lo advierte la investigación “Covid-19. Variante Delta y efectividad de vacunas”, elaborado por el Instituto Belisario Domínguez del Senado, donde se advierte que la necesidad de tercera dosis debe sustentarse en pruebas, considerando los beneficios y riesgos para las personas y la sociedad.
“Especialmente con vacunas que pueden tener efectos secundarios como la miocarditis (común después de la segunda dosis de algunas vacunas de ARNm), o síndrome de Guillian-Barré, que se ha asociado con vacunas COVID-19 vectorizadas por adenovirus”, advierte con base en un artículo publicado por The Lancet, Krause
Recuerda que algunos científicos cuestionan los resultados positivos de los estudios sobre terceras dosis porque pueden tener sesgos difíciles de identificar, por ejemplo, que las personas que solicitan su aplicación pueden tener un riesgo diferente de contraer Covid-19 que quienes no la solicitan, o exponerse de manera distinta:
“Desde una perspectiva de salud pública, es mucho más impactante vacunar a más personas que aumentar la efectividad de la vacuna en unos pocos puntos porcentuales en aquellos que ya se han vacunado” , recuerda
Además reprocha que el hecho de que varios países apliquen una tercera dosis a su población acentúa el rezago de los países de ingreso bajo y se convertirá en un factor más de desigualdad.
Las decisiones respecto a una tercera dosis –agregó–no deberían seguir la lógica del mercado, sino sustentarse en pruebas, considerando los beneficios y riesgos para las personas y la sociedad.
La investigación también recordó que la vacuna de origen chino denominada Cansino que se aplicó a millones de docentes en México requiere de una segunda dosis, según recomendaciones del laboratorio que la fabricó.
«En México, la biofarmacéutica que desarrolló la vacuna Cansino —de una sola dosis, aplicada principalmente al personal docente de todos los niveles educativos— recomendó una segunda dosis después de seis meses de la primera”, recordó
El reporte del IBD cita reportes científicos reconoce que la inmunidad producida por las vacunas contra el COVID-19 disminuye con el tiempo, y recuerda que solo hay inmunidad permanente en el caso de enfermedades como el ébola, sarampión, viruela y hepatitis pero no contra el Covid.
“Hay evidencia de que la vacunación solo provee inmunidad permanente en aquellas enfermedades provocadas por virus que se diseminan dentro del cuerpo humano a través de la sangre, como es el caso del ébola, sarampión, viruela y hepatitis A, entre otros, pero no de los coronavirus”, considera
Sin embargo establece la vacuna contra el Covid son efectivas para lograr menores tasas de infecciones, hospitalizaciones y muertes, así como para evitar que el virus siga reproduciéndose y evolucionando en formas tal vez más peligrosas.
El documento del IBD explica que la verdadera efectividad de una vacuna depende de múltiples factores, entre otros: el tipo de vacuna, cuántas dosis, cuánto tiempo transcurrió entre ellas, la edad y las características de salud de cada persona, si hubo una infección previa que proveyó de inmunidad natural, así como las variantes del virus.
La investigación refiere que, a medida que la vacunación avanza en el mundo, se registran más casos de personas totalmente vacunadas que contraen el virus, sin embargo, también se ha comprobado que la gravedad de la enfermedad es mucho menor, lo mismo que el riesgo de hospitalizaciones y de muertes.
En ese sentido, la investigación afirma que, si bien la confianza en la efectividad de las vacunas se ha puesto a prueba con la aparición de Delta, la ciencia ha mostrado que éstas siguen siendo efectivas para aminorar el daño y para evitar que el virus siga reproduciéndose y evolucionando en formas tal vez más peligrosas.