Uno de los conciertos más completos en el Vive Latino fue el ofrecido por la banda estadunidense de punk rock Bad Religion que le hizo competencia a Belanova en el mismo horario el día sábado. Apelando al espíritu rebelde de los presentes (y no se puede ser más rebelde para una banda de punk rock en un festival a que los …
Bad Religion y el punto más álgido de punk rock en el Vive Latino
Uno de los conciertos más completos en el Vive Latino fue el ofrecido por la banda estadunidense de punk rock Bad Religion que le hizo competencia a Belanova en el mismo horario el día sábado. Apelando al espíritu rebelde de los presentes (y no se puede ser más rebelde para una banda de punk rock en un festival a que los músicos asistieron como godínez un domingo cualquiera), con un concierto tan divertido como entusiasta.
Greg Graffin dio la bienvenida a los presentes con “The defense”, “Against the grain” y “Fuck you”. Mientras en el público la gente se divertía con algunos comentarios sobre su edad, los músicos en el escenario hacían lo propio saltando con más energía que algunos que los criticaban como lo hacía el guitarrista Brian Baker.
Las cabezas de los asistentes se agitaban con el riff de la guitarra a ritmo de temas como “Recipe for hate”, “New dark eyes”, “Candidate” y “Do what you want”. Entre canciones los músicos bromeaban con el público y en un momento hasta el vocalista recibió un ramo de flores.
El público más entusiasta logró hacer slam en algunas canciones. Se vieron volando vasos de cerveza mientras ejecutaban temas como “My sanity”, “Epiphany”, “Come join us” y “No control”.
Los presentes que en principio los veían como una “banda de viejitos” fueron contagiados con su energía y para cuando sonaron “Struck a nerve”, “Generator” y “Los Angeles is burning” ya se estaban sumando al slam.
El poderío de la banda se mantuvo hasta la recta final cuando se escucharon temas como “I want to conquer the world”, “21st century (digital boy)”, “You”, “Punk rock song”, “Sorrow”, “American Jesus” y el cover de Thin Lizzy, “The boys are back in town”. Para el final, sus críticos ya estaban sentados en el piso.