Ojo de Liebre y San Ignacio, ubicadas en Mulegé, son sitios reconocidos para esta actividad turísticaLa Paz, Baja California Sur (OEM-Informex).- A 31 años de haber iniciado la actividad de avistamiento de ballena gris en Laguna San Ignacio, los prestadores de servicios no dejan de sorprenderse ni de aprender del comportamiento de esta especie, de …
Cumple el avistamiento de ballena gris 31 años
Ojo de Liebre y San Ignacio, ubicadas en Mulegé, son sitios reconocidos para esta actividad turística
La Paz, Baja California Sur (OEM-Informex).- A 31 años de haber iniciado la actividad de avistamiento de ballena gris en Laguna San Ignacio, los prestadores de servicios no dejan de sorprenderse ni de aprender del comportamiento de esta especie, de su interacción con los humanos y con el resto de animales marinos.
A principios de los años 90 cuando salieron las primeras pangas al sitio de congregación de las ballenas, los lancheros tenían un gran temor de acercarse a los enormes cetáceos; hoy, luego de más de 30 años de convivencia, la interacción es tan cercana que incluso se les puede tocar, son las mismas ballenas las que se acercan a las embarcaciones y hasta se les bautiza con nombres alusivos a sus características.
BALLENAS AMISTOSAS
Una de las más amistosas fue bautizada con el nombre de La Valentina, y en pocos años se convirtió en la favorita de guías, motoristas y turistas debido a que se colocaba panza arriba debajo de la panga y abría las aletas abrazando por los ambos lados a la embarcación para luego sumergirse y regresar de nuevo, en un juego que en la primera ocasión causó pánico pero luego se convirtió en la principal atracción de ese santuario ubicado en la Reserva de la Biosfera de Vizcaíno.
A un ballenato con una desviación en la mandíbula se le puso el nombre de Bocachueca; Luna llena, a una adulta que tenía una mancha redonda en el lomo, y Kuyimá a otra con una verruga muy grande cerca de la boca.
Aunque en el sitio se encuentra instalado un grupo de investigadores con equipo y herramientas tecnológicas con las que se da seguimiento a las manadas para medir sus poblaciones y su comportamiento, alrededor de esta actividad y con el paso del tiempo se han tejido historias y versiones populares que sin estar lejos de la realidad o parecer románticas, son resultado de tres décadas de interacción y de observación empírica.
Por ejemplo, se sabe que al principio de cada temporada ingresan a la Laguna las ballenas guía o piloto para espantar a los depredadores y ubicar los bancos de arena y los canales de navegación que en ocasiones se mueven con las mareas y las corrientes marinas; en los últimos tres años previo a la llegada de las ballena gris ha entrada una Jorobada adulta quizá siguiendo los cardúmenes de sardina, sin embargo se retira en cuanto ingresan las ballenas guía.
Las lagunas Ojo de Liebre y San Ignacio se han logrado colocar como sitios con reconocimiento mundial para el avistamiento de ballena gris, sin que a la fecha haya registro de incidentes